
LAVA TU ROSTRO
El primer paso que siempre debes llevar a cabo para que el maquillaje final luzca perfecto es preparar e hidratar la piel. Lava tu rostro con un gel facial adecuado a tu tipo de piel y utiliza un desmaquillante de ojos hipoalergénico en el caso de que tengas restos de máscara de pestañas, delineador, etc. Una vez hayas aclarado el rostro, tendrás que nutrirlo con una crema hidratante también elegida en base a tu tipo de piel.

BASE DE MAQUILLAJE
La base de maquillaje es el primer producto que debes aplicar y uno de los más importantes, ya que sirve para unificar el tono de la piel y crear el lienzo perfecto. Hay dos cosas básicas que debes tener en cuenta, la primera es que debes elegir una base que responda a las necesidades de tu piel y te proporcione la cobertura deseada, y la segunda tiene que ver con el tono de la misma, pues debe ser lo más parecido posible al color natural de tu piel.

DISIMULAR IMPERFECCIONES
Tu mejor aliado para disimular imperfecciones y zonas oscuras como las ojeras va a ser el corrector. Hay muchísimos tipos de correctores, pero el clásico en tonos beige nunca falla y te ayudará a ocultar las ojeras y las impurezas más visibles. En el caso de que tengas muchos granitos e áreas rojizas, entonces te recomendamos que utilices un corrector verde y lo apliques antes de la base de maquillaje.

USAR POLVOS TRASLUCIDOS
Para acabar de embellecer la piel del rostro, es importante que selles el maquillaje con una ligera capa de polvos traslúcidos. Estos son especialmente útiles para evitar la formación de brillos en la llamada zona T del rostro (frente, nariz y barbilla), por lo que son perfectos sobre todo para mujeres con piel mixta o grasa.